La motocicleta de tres ruedas avanzaba como el viento por la carretera.
En ella se sentaba una joven extremadamente encantadora. Su cabello era largo y fluía como una cascada, y su rostro era brillante y puro. Su ropa ondeaba al viento, revelando destellos de su atractivo cuerpo.
Su sonrisa era tan pura e inmaculada como un lirio en flor.
Dondequiera que iba, causaba una conmoción.
Los peatones abrían la boca y sus mandíbulas caían.
Los conductores en la carretera también estaban atónitos. Sus ojos casi salían de sus órbitas como si hubieran visto un fantasma.
—Espera... ¿qué es eso? ¡Es solo una motocicleta de tres ruedas y no un Ferrari!
—Uf, debo haber trabajado demasiado anoche. ¿Cómo más puedo explicar la ilusión frente a mí? ¡Ja, ja! Eso es. Es solo una ilusión.
—exclamaron los conductores.
Muchos conductores detuvieron sus autos en la carretera, sacaron la cabeza y miraron hacia adelante. Llevaban expresiones de incredulidad en sus rostros.