El Desastre Sangriento

Bajo la mirada de la multitud, la propuesta de oferta de Clarence fue entregada en la mano de Richard.

—¡Jeje! Una propuesta de oferta de un perdedor no es más que una broma cuando se le entrega a Richard —se burló Kaysen. No consideraba a Clarence como un rival en absoluto.

—Kaysen, siento que hay algo extraño en este perdedor —se acercó George y dijo en voz baja.

—¿Qué tiene de extraño? —preguntó Kaysen con indiferencia.

—Parece ser diferente a su antiguo yo. Anteriormente Clarence ni siquiera se atrevía a respirar en tal ocasión. Hoy tiene el coraje de plantear el tema de la propuesta de oferta ante el señor Shelby... —George frunció el ceño al decirlo.

—¡Jeje! Después de todo es solo un perdedor. No vale la pena mencionarlo —mantuvo Kaysen una expresión despectiva.

Mientras tanto Richard ojeó la propuesta de oferta de Clarence. Después de mirarla durante unos minutos, sus ojos brillaron.

—¡Uf! ¡Fantástico! ¡Impresionante! —Richard no pudo evitar elogiarla.