—Clarence, no le digas que sí a ella —Jeremy interrumpió apresuradamente.
¡Zas!
—Helena abofeteó con fuerza a Jeremy. —¡Cállate si no quieres ir a la cárcel!
—¿Qué piensas, Clarence? —Jackson lo miró con indiferencia.
—Clarence sonrió con suficiencia y replicó, —¿Qué crees que pienso?
¿100 millones?
¡Quince años de cárcel!
No podía creer que la familia Hayes tuviera el descaro de sugerir algo así en primer lugar.
—Jackson frunció el ceño. —Si crees que no es suficiente, puedo ofrecerte otros 100 millones.
—Clarence sonrió, guardando silencio.
—Helena estaba atónita. —¡Clarence, te pasas!
—¿No son suficientes 200 millones para ti?
—¡Con tu salario mensual de 3,000 dólares, no podrías hacer 200 millones ni siquiera si trabajaras 3,000 años!
—Mamá, ya basta. No intentes regatear más con él. Clarence no es ese tipo de persona —Jeremy defendió a Clarence una vez más.