—¿Puedes curarlo? —preguntó ansiosa.
La luz en los ojos de Leanne volvió.
—¿Está seguro de que puede curarlo? —insistió con esperanza.
—¡Si puedes curar a mi padre, la familia Wright dirá que sí a lo que sea que quieras! —exclamó con fervor.
Thompson era el pilar del Consorcio Wright, y su muerte sería devastadora para el Consorcio Wright, ya que aún no lo había entregado a sus descendientes.
Las acciones de la compañía se desplomarían, los tratos comerciales se verían afectados y una empresa valorada en decenas de miles de millones correría el riesgo de colapsar de la noche a la mañana.
¡La familia Wright ya no tendría la gloria que una vez tuvo!
—Por supuesto —respondió Yosef con una sonrisa orgullosa y aire de sabiduría.
Leanne estaba asombrada.
—¿Quién es usted, señor? —indagó con curiosidad.
Shirley cruzó sus brazos y lucía orgullosa.