Cuando Clarence volvió a despertar, lo primero que vio fue el techo del hospital.
La luz era un poco dura.
Clarence inconscientemente levantó su mano hacia su frente.
—Estás despierto —una voz fría resonó—. El doctor dijo que estás bien. ¡Tuviste suerte!
—¡Un enorme camión de basura te golpeó, incluso desinflando su cabina. —A pesar de eso, ¡todavía estás bien! —Clarence miró hacia la fuente del sonido.
Miranda estaba sentada allí, pelando una manzana en su mano.
—Querida, ¿qué haces aquí? —Clarence sintió un pequeño dolor de cabeza.
Miranda miró fijamente a Clarence. —Parece que has olvidado el accidente de coche. Probablemente olvidaste que estabas en una cita con Cecilia cuando tuviste el accidente, ¿verdad?
—Accidente de coche... —Clarence tembló. Recordó el camión de basura aplastándolo tan fuerte que no pudo evitar el impacto.
De repente, una luz brilló desde el collar con una cruz en su cuello y llenó la cabina.