—¿Está la señora Miranda Murphy aquí? —preguntó un reportero al abrir la puerta de la habitación.
De repente, un grupo de reporteros abrió la puerta de la habitación, rompiendo el silencio dentro de ella.
—Soy Miranda —Miranda guardó los papeles del divorcio y se secó las lágrimas de la cara.
—¿Qué sucede? —inquirió con curiosidad.
—Hola, señora Murphy. Venimos de la estación de policía. Su secuestrador Chadwick Miller ha sido arrestado —dijo uno de los reporteros con una sonrisa.
—Según Chadwick, él la secuestró porque quería vengarse de su esposo.
—Chadwick dijo en prisión que uno de sus mayores arrepentimientos fue no haber logrado matar a Clarence en el último minuto.
La familia Murphy se quedó atónita.
Peonía parecía confundida. —¿No matar a Clarence? —preguntó desconcertada.
—¿Qué quieres decir? —preguntó intentando entender la situación.
—Chadwick secuestró a mi hija, y Clarence apagó su teléfono en lugar de encontrarse con Chadwick —explicó con frustración.