Las puertas de la Residencia Whitelock se abrieron, y un gran coche negro ingresó en el predio. El coche se dirigió suavemente hasta el garaje. El garaje ya tenía dos hermosos coches deportivos y un jeep plateado. El coche se estacionó bien junto a ellos, y el motor se apagó instantáneamente. Dentro del coche, Maxwell tomó las llaves y miró la caja en el asiento delantero. Era una caja de cartón bastante pequeña, pero el objeto dentro era increíblemente valioso. Puso las llaves en su bolsillo y tomó la caja con cuidado, tratando de no dañarla de ninguna manera. Maxwell salió del coche y comenzó a caminar lentamente hacia la puerta, que conducía a la mansión. Abrió la puerta con cuidado y entró en la mansión. Instantáneamente el calor rodeó su figura, y un aroma familiar de comida asaltó sus fosas nasales. Maxwell pasó por la cocina y entró en la sala de estar, donde Alice y Mark estaban viendo la televisión.
—¡Hey, papá! —dijo Mark alegremente.