La Luna siempre ha estado presente, solo cuando el sol brillaba gloriosamente en el cielo era cuando no la veías. Pero siempre está ahí. A veces escondida, a veces dando luz a la oscuridad.
La Luna era famosa por su entorno rocoso y duro. Parecía deshabitada, ya que no había manera de que alguien pudiera vivir allí sin morir. Sin embargo, había una Ciudad secreta, desconocida para el público, escondida debajo de la superficie rocosa de la Luna.
La Ciudad de la Luna estaba otra vez bulliciosa. Las calles estaban abarrotadas, y el Ayuntamiento estaba nuevamente lleno. El cielo, mostrando un hermoso cielo estrellado, brillaba radiantemente, que era la única luz que la Ciudad necesitaba. Luego, estaban las enormes murallas, y la mayoría de los ciudadanos nunca las visitaron, pero sabían lo que había al otro lado.
¡Las viviendas de los Dioses y Diosas!