Aldea de Pescadores.

—Hola, joven. Desde la parte luminosa del bosque, un solo hombre musculoso entró en el humo negro. Cuanto más caminaba, más retrocedía la corrupción de él.

Un gran respaldo colgaba sobre su amplio hombro, y su boca se ensanchó en una sonrisa.

—¡T-Tú eres! —exclamó Isaac.

—No nos presentamos antes… —el hombre musculoso se rió y se rascó la parte posterior de la cabeza—. Mi nombre es Espartaco, Figura Mítica, conteniendo el Legado de los Gladiadores.

Los ojos de Isaac temblaron.

Un momento después, Espartaco agarró fuertemente su espada y vio centenas de figuras sombrías aparecer en su visión periférica. Con un largo suspiro, pasó junto a Isaac y blandió su espada.

Un solo golpe de espada partió el humo negro por la mitad, y el silencio se escuchó en todo el universo. No había viento, los pájaros no cantaban, y no había ruido alguno.