—Bostezo… —un largo bostezo resonó en la habitación de la posada.
Los cuatro hombres se reunieron alrededor de una mesa, jugando a las cartas mientras esperaban que Arturo llegara.
Mientras el reloj seguía marcando, oyeron el sonido de la cerradura girando y la puerta abriéndose.
Arturo se quitó la capucha al entrar en la habitación.
Los cuatro hombres dejaron caer sus cartas y miraron a Arturo, anticipando sus palabras.
—El barco partirá mañana —dijo Arturo mientras se quitaba la capa.
Los cuatro hombres asintieron.
—¿Es el capitán de confianza? —Xerxus preguntó mientras colocaba las cartas sobre la baraja.
Arturo se sentó en la cama, cruzando los brazos—. Sí, lo conozco desde hace tiempo. Me debe y no me traicionaría.
Xerxus asintió y se apoyó contra la fría ventana—. Estamos en la recta final, ¿eh?
Amour tocó la mesa con su dedo—. Desafortunadamente, la recta final estará llena de baches.