Al amanecer de la mañana siguiente, la atmósfera tensa regresó al Reino Secreto. La noche fue insomne y ruidosa. Las luchas resonaban desde lejos. Los jugadores y los Humanos de Nueva Generación morían rápidamente, reduciendo la población en cierta medida.
Después de que Isaac se despertó de su sueño, notó que Zachary estaba parado fuera de la cueva. Junto a él había un montón de palos afilados.
—¿Dormiste siquiera? —preguntó Isaac mientras fruncía el ceño al ver la cantidad de palos. Tomaría algunas horas hacer tanto trabajo.
—No duermo mucho —respondió Zachary, terminando un último palo—. Solo duermo durante el día, no por la noche.
—Oh, ¿por qué es así? —preguntó Isaac mientras intentaba mantener viva la conversación. No estaba de más saber más sobre su compañero de equipo. Después de todo, Zachary estaba envuelto en un velo de misterio.
Encogiendo los hombros, Zachary dijo:
—Me gusta más la noche.