—Fwap!
Apareciendo al otro lado de un edificio alto, flotando en el aire, un demonio de dos metros de altura con dos grandes alas parecidas a las de un murciélago cubría el sol. Mirando a Angelica desde arriba, Sangreeterna se rió ligeramente.
—Kukuku, parece que nada escapa a tu percepción, señora Matriarca, o ¿preferirías que te llamara Angelica Von Droix?
—Vooom!
Tan pronto como esas palabras escaparon de la boca de Sangreeterna, como si hubiera activado la escama inversa de Angelica, una presión abrumadora descendió sobre todo lo que la rodeaba. Todo lo que la rodeaba fue arrasado mientras aparecían finas grietas en miniatura bajo el suelo donde ella estaba parada.
Mirando a Sangreeterna con ojos inyectados en sangre, escupió venenosamente:
«Parece que tienes un deseo de muerte, Sangreeterna...»
Al notar la expresión de Angelica, Sangreeterna se cubrió la boca. De vez en cuando su cuerpo temblaba mientras intentaba contener la risa... al final, fracasó.