—¿Amanda?
Observándome, Amanda asintió con la cabeza y me saludó educadamente.
—Mhm, hola.
Mirándola de reojo mientras aún sostenía una pila de libros, dije ligeramente:
—Qué coincidencia, ¿qué te trae por aquí?
Mientras hablaba, frunciendo levemente el ceño, observé bien a mi alrededor y de repente me di cuenta del problema con mi frase. Cierto, ¿cómo pude olvidar? Esta era una librería además estaba cerca de la Academia.
Teniendo en cuenta la personalidad de Amanda y el hecho de que amaba leer libros, las posibilidades de encontrarla aquí no eran tan bajas.
Levantando su mano izquierda, Amanda mostró un libro azul frente a mí y dijo:
—Estoy aquí para comprar libros.
Asintiendo con la cabeza en comprensión, murmuré suavemente:
—Cierto, al final te gustan los libros.
Inclinando su cabeza hacia un lado permitiendo que su cabello rozara suavemente sus hombros, las cejas de Amanda se fruncieron levemente mientras preguntaba:
—¿Cómo lo sabes?