—A... ¿Amanda?
La voz de Natasha tembló mientras miraba a la chica que estaba frente a ella. Parecía mucho mayor que la última vez que la había visto.
Ahora estaba completamente crecida.
Natasha realmente no podía explicar las emociones que estaba sintiendo en ese momento. Pensando en cómo había perdido la oportunidad de ver crecer a su hija, sintió un profundo sentido de tristeza. ¿Qué madre no querría ver crecer a su hija? Sabía que esto era inevitable, pero no podía ocultar la tristeza que sentía al ver a su hija.
Sin embargo, al ver lo hermosa y saludable que había resultado ser su hija, estaba más gratificada que triste.
Colocando ambas manos al lado de la cápsula, Natasha intentó salir. Pero al intentar levantar las manos, le resultó extremadamente difícil hacerlo, ya que tenía problemas para coordinar su cerebro con los movimientos de sus manos.
—Espera.