Lección práctica [1]

—Oh dios.

En el momento en que giré la cabeza y mis ojos se encontraron con la persona que me había llamado, un gemido no pudo evitar escapar de mi boca.

—¿Qué haces aquí?

—¿Qué quieres decir? Esta es mi clase.

Colocando sus manos en sus caderas, Sofía hizo un puchero.

—Estoy más ofendida por el hecho de que ni siquiera te diste cuenta de que estaba aquí.

—Mhhh.

Asentí casualmente.

Porque mi enfoque había estado en el profesor todo el tiempo, no noté a Sofía en absoluto.

Lo cual hubiera sido mejor ya que su aparición me dio un dolor de cabeza.

Pinchando el medio de mis cejas, pregunté:

—De todos modos, ¿qué necesitas de mí?

—Qué grosero, solo vine a saludarte.

—Está bien, hola, ahora vete —respondí bruscamente, mientras la espantaba con las manos.

Sin embargo, no parecía que hubiera recibido el mensaje cuando sacó su teléfono y me lo puso en la cara.