Capítulo 126: Espíritu Bendecido de Hada

Hermosa. Seductora. Bella.

En el momento en que llegó a la vista, exudaba un aire natural de gracia y elegancia que podía ser sentido por la mente y el alma. Sus ojos límpidos, tan azules como el cielo, tan brillantes como el destello de las estrellas arriba y magníficos como el vasto océano, eran sus rasgos más atractivos. Contenían un encanto diabólico que asediaba el corazón de manera infecciosa, haciendo que uno no pudiera olvidar, probablemente incluso en su lecho de muerte.

Esto era así para hombres y mujeres.

Sus delicados labios llenos eran de un rojo prístino, como el color de las rosas recién cortadas. La suavidad contenida en esa carne espesa parecía inimaginable, haciendo que uno deseara tocarlos de cualquier manera posible y nunca cesar. Su figura parecía moldeada por hombres, buscando atraer cada una de sus miradas con sus curvas. Su piel parecía moldeada por mujeres, sin un ápice de imperfección y una suavidad extrema.