El Dao Celestial existe.
Decide lo que está bien y lo que está mal. Actuar en su contra es pecar, actuar según él es ser bendecido por sus gracias.
El mundo de la cultivación es difícil, un principio inmutable. Sin embargo, hay quienes son apreciados por los Cielos, animados a elevarse por encima de todos los demás. ¿Cómo puede ser esto? ¿Por qué debe ser así?
¿Qué es moral y justo? ¿Qué es malvado e inmoral?!
¿POR QUÉ TIENE QUE DECIDIRLO?!
Así que nosotros, los Pecadores, actuamos en contra de los Daos Celestiales, tomamos nuestros propios destinos con la esperanza de verdaderamente trastocarlos.
Este es un Viaje de un joven nacido Bendito, pero convertido en Pecador.
El mayor pecador de todos.