Varios días habían pasado desde aquel día. Muchos problemas habían sido resueltos, incluyendo la captura y el rápido juicio del Clan Lei. Una vez montaron el dragón que era Dios Lei hacia los cielos, y ahora saboreaban la tierra.
Aquellos que observaban no podían evitar sentir lástima y suspirar por los destinos de los hombres. Era caprichoso y cualquier decisión, mientras deseara el mal, podría llevar a consecuencias increíblemente horribles. En este momento, el Clan Lei era un ejemplo de una decisión que exterminaba clanes que se había tomado. Una consecuencia que no se pudo haber predicho.