Pasó un mes.
Wei Wuyin cultivó en silencio dentro de sus aposentos, sus pensamientos claros mientras comprendía el manual de cultivo llamado Sable. Rodeando su cuerpo estaba la luz del sable que destellaba sin cesar, creada a partir de la esencia del mundo. Mientras que su cultivo normal era secuestrado y dirigido por sus Almas Astrales, todavía requería entrenar en varios hechizos espirituales, formaciones, arreglos y artes.