—¿Cuál es tu plan? —la voz de Wang Yutian resonó en todo el mundo. Cada última existencia viviente en el continente pudo escucharla, causando que numerosos individuos de todas las razas buscaran con sus miradas ya levantadas. La escena apocalíptica no provocó que el mundo descendiera en el caos, sino en una desesperanza.
Todos eran cultivadores, y el aura devastadora que emanaba de las numerosas fisuras que cubrían el cielo solo incitaba tales sentimientos. No había manera de resistirse. La muerte era la única opción.
—¡Jajaja! —una risa bulliciosa resonó junto con la voz de Wang Yutian, llena de emoción y un poco de imprudencia. Como si amara el caos, la voz respondió juguetonamente:
— ¡Estoy improvisando!
La voz era familiar para algunos individuos. La primera en reconocer esa voz, habiendo escuchado la diversión muchas veces antes, fue Qing Qiumu, quien estaba desplegando toldos protectores sobre los niños. Estaba impulsando su poder para protegerlos, aunque fuera inútil.