—¿Qué está pasando?!
Un grito estridente lleno de horror, confusión y sorpresa absoluta sonó por Ming Shufeng. Sus ojos azul océano estaban fijos en el cielo, temblando frenéticamente ante el caos arriba. La inestabilidad de su mirada coincidía con el cielo, con infinitas ondas y sonidos explosivos que estallaban.
Incluso su estabilidad se vio perturbada, lo que casi la hizo caer. —¡El cielo! —exclamó, señalando el cielo que comenzó a agrietarse como la hierba, fragmentándose con fisuras bien definidas entre ellas. Era como si la falsedad del cielo estuviera siendo revelada.
La figura junto a ella estaba mirando al cielo, sus manos temblando bajo sus túnicas y esos ojos carmesí reflejaban un shock absoluto e interminable incertidumbre. El corazón de San Yongli latía a mil millas por minuto mientras recordaba una escena familiar de su pasado.
¿Su pasado? ¿El futuro de este mundo?