A la frontera de diez mil pies, todo el grupo de la Secta Monarca del Miríada estaba mirando la figura distorsionada y descendente de Wei Wuyin. La singular fuerza gravitacional del Mar Áurico estaba torciendo y deformando la luz de maneras extrañas. Había momentos en los que parecía extremadamente cerca, excepcionalmente lejos, o simplemente desaparecía. Debido a esta misma fuerza, era extremadamente difícil enviar hacia afuera el sentido espiritual, dejando a muchos de estos poderosos expertos indefensos en sus corazones. La importancia de Wei Wuyin era definitoria para la era. Absolutamente nada malo podía sucederle, y menos aún bajo su vigilancia. Pero como una figura independiente que podía descender sin consentimiento de nadie, sólo podían mirar fijamente.