Tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, y el plazo para los productos alquímicos llegó y se fue. Wei Wuyin cumplió con su obligación. Con ello, descubrió un dato interesante sobre su habilidad en la alquimia; superaba a su 'yo' anterior en un grado considerable.
Su habilidad para confeccionar era impecable hasta llegar a su punto culminante. Cada aspecto y detalle en el proceso de confección era claro y juzgado con precisión sin rastro de error, creando una increíble tasa de éxito que excedía las tasas abismales de los alquimistas estándar.
De hecho, no era solo la calidad y la tasa de éxito lo que aumentaba, sino que la velocidad de confección también era más rápida. Lo que debería haber llevado unos días confeccionar, era capaz de terminarlo en cuestión de una hora. Y este tiempo de confección solo disminuía de la manera más maravillosa.