Su Mei estaba confundida mientras recordaba el relato de Wei Wuyin sobre el Palacio del Dao de Guerra Miríada. Cuando lo hizo, descubrió algunas diferencias menores. El fantasma no era azul, sino rojo y el nombre era diferente. ¿Eran estos lugares diferentes?
—Elige tu Dao —repitió el viejo fantasma de piel roja. Su sonrisa estaba siempre presente mientras su voz permanecía monótona y robótica.
Su Mei ya había considerado su elección hace tiempo. —El Dao del Material —dijo. A diferencia de Wei Wuyin que eligió el Dao de Arma, ella quería forjar su propio camino. Había tomado la sable para emular a Wei Wuyin, pero si simplemente seguía su camino, entonces nunca sería útil. Además, ella también tenía ambiciones y un hambre profunda de convertirse en una experta.
—Por favor, elige entre los tres mil Daos del Material.
Su Mei dijo sin vacilar: