La voz era tranquila, como el flujo sereno de una cascada. No había rastro de ira ni intención de matar en su interior, como si las palabras pronunciadas fueran dichas casualmente de pasada. ¡También era extremadamente reconocible para cada miembro de la Secta Monarca del Miríada!
—¡Wei Wuyin!
—¡Emperador Ascendente!
—¡ÉL ESTÁ AQUÍ!
Varias voces entre el grupo gritaron con diversas emociones temblando en sus tonos, siendo la más común la emoción. La última frase fue escupida como un veneno espantoso.
Sin embargo, esos sonidos eran irrelevantes en comparación con la explosión de luz espiritual cegadora que estalló desde Ciudad Grandquake. Quienes la observaron se vieron obligados a cerrar los ojos y los sentidos espirituales. Si bien no había una sensación directa de dolor, era lo suficientemente incómodo como para obligarlos a apartar la vista.
—¿Qué? ¿CÓMO?! ¡TÚ-GUURGH!