¡RUGIDO!
Una erupción de sonido titánicamente explosiva destrozó los cielos, desgarró la tierra debajo y colapsó las montañas cercanas. El caos era frenético, devastador, y sin embargo, el rugido seguía resonando en el aire mientras el espacio temblaba incesantemente.
No parecía originarse de una bestia normal, sino de un ser celestial, ¡algo directamente sacado de un mito! Aquellos que estaban cerca temblaban de miedo, sus funciones corporales casi se apagaban, sus bases de cultivo se descontrolaban, y sus mentes se agitaban con una sensación de crisis. Como una bandada de pájaros asustados por un disparo, aquellos que buscaban esas ubicaciones especiales que contenían perlas desoladas se dispersaban salvajemente.
Dentro de una montaña colapsada dentro de la Tierra Desolada, derrumbada hasta ser nada más que un montón de grandes rocas, una tenue ola de luz gris oscilaba desde los huecos y grietas. El cielo se tintaba de un color más grisáceo.
¡Retumbar!