El violonchelo parecía haber cobrado vida en manos de Lin Yi.
La música persistió durante tres días sin cesar, como si poseyera una magia que sacudía el alma.
En ese momento, todos los presentes notaron al joven que inició la actuación.
Algunas mujeres incluso comenzaron a susurrarse unas a otras.
En la última fila del salón de conciertos, un hombre de cabello largo observaba a Lin Yi como si le pareciera familiar.
El hombre de cabello largo era Pan Wen, un veterano cazatalentos en la industria del entretenimiento.
Era la misma persona que Lin Yi y Ji Qingyan habían conocido en el supermercado.
—¿Qué estás mirando? ¿Conoces a la persona en el escenario? —preguntó la mujer al lado de Pan Wen. Su nombre era Yang Wenyi, la gerente general de Boyuan Media.
—Se ve un poco familiar, pero creo que estoy equivocado. Con su estatus, no hay manera de que venga a un lugar como este —respondió Pan Wen.