Las Banderas Rojas No Vuelan Cuando No Están Enderezadas

—Ella es ella, y tú eres tú. ¿Cuál es el punto de mantener las cosas tan separadas? —preguntó Lin Yi.

—Eso no va a funcionar. Las mujeres son muy celosas —dijo Wang Ying.

—Sería mejor que te quedases con una mujer tan perfecta como la Presidenta Ji. Si pierdes la oportunidad, no podrás encontrar a alguien tan buena como ella en el futuro.

—Está bien, me aferraré fuerte —dijo Lin Yi con una sonrisa.

—Así es —Wang Ying sostuvo su barbilla con una mano y miró a Lin Yi con una sonrisa.

—Tienes que enderezar la bandera roja en casa, o si no, no podrá volar.

—Hermana Ying, esa es una gran metáfora.

—Por eso tienes que escucharme y conquistar a la presidenta lo antes posible. Esa es la verdadera prioridad.

—Sin problema.

Después de la cena, Wang Ying limpió la mesa y se fue.

Al salir de la casa, Lin Yi abrió la página del sistema. Sólo necesitaba cinco estrellas para completar su misión.

—Tienes un nuevo pedido, por favor revísalo.