Dyon abrazó a Ri con fuerza contra sí mismo. Él era tan grande, y ella parecía tan pequeña, que casi la envolvió por completo mientras descansaba su barbilla en su cabeza.
Ri se sentía segura en los brazos de Dyon, especialmente cuando sintió su mano descansar protectoramente en su vientre, transmitiendo su aurora y voluntad celestial mientras comenzaba a hablar.
—¿Puedes imaginar lo que se sentiría, amar a alguien con todo tu ser? Tener todo tu mundo en su sonrisa. ¿Y sin embargo, que su sonrisa nunca sea la que una vez conociste?
—¿Cómo te sentirías si los ojos con los que te miro de repente se convirtieran en los mismos ojos con los que miro a todos? ¿Si la mirada que te doy fuera tan indiferente como la que le doy a cualquier otro extraño?
—¿Qué pasaría si ya no te llamara mi pequeña feu glace, no porque no quisiera, sino simplemente porque olvidé? —dijo Dyon.
Ri escuchaba en silencio, tratando de entender el significado detrás de las palabras de Dyon.