Dyon acarició lentamente, sintiendo el húmedo vórtice del lugar preciado de Ri contraerse a su alrededor mientras su mano delicadamente exploraba el de Madeleine.
Las caderas de Ri parecían rogarle a Dyon que fuera más rápido, que fuera más profundo, pero él se negó. Cada vez que ella empujaba hacia adelante, él se retiraba y cada vez que ella se retiraba, él empujaba hacia adelante.
Madeleine estaba aún más frustrada. El control de Dyon sobre sus manos superaba por mucho al de su polla. La forma en que él circulaba lentamente su clítoris. La forma en que sus dedos se curvaban dentro de ella, pero nunca lo suficiente. La forma en que su beso era lento y suave. La mantenía anhelando más.
Ri y Madeleine gemían en frustración. Cada vez que casi alcanzaban el pico, Dyon se detenía. Saliendo de Ri y alejando sus dedos de Madeleine.
—Dyon. Por favor.
Sus gemidos se convirtieron en súplicas y sus gruñidos en gemidos suaves.