Solo Talvez...

El corazón de Dyon latía salvajemente. No podía entender lo que le estaba sucediendo.

Sentía como si todo en su mundo se estuviera desmoronando.

Sus rodillas, sobre las cuales había perdido el control hace mucho tiempo debido a la influencia del Patriarca Ragnor, comenzaron a temblar violentamente. Oleadas de temblores desgarraban su alma, amenazando con separarla de su cuerpo. Incluso sus ojos se tornaron de un color rojo sangre, luchando contra su instinto de dejarlo todo y correr, incluso si eso significaba su muerte.

Miedo.

Eso es lo que Dyon estaba sintiendo. Una emoción que no recordaba haber experimentado nunca en su vida. Esta era la primera vez que Dyon sentía una presión que superaba la de su propio padre por tanto que su velo de arrogancia y desdén por el mundo fue completamente arrancado de él.