—¿Estás segura de que eso es todo lo que hay en tu condición? —preguntó Helia para confirmar.
—Sí. —Leo asintió con calma.
—Vale, no tengo problema en estar de acuerdo.
—Bien. Entonces entrenemos juntos. Cuantos más, mejor, después de todo.
Así, Helia se unió a Leo y Lia en su sección de entrenamiento.
Cuando Eva regresó a casa más tarde ese día, Leo le contó sobre su equipo.
—¿Helia Barnett y Lia Escarlata, eh? Posiblemente este sea el equipo más fuerte jamás creado desde mi equipo cuando aún era solo un estudiante en esta academia —Eva habló con una sonrisa nostálgica en su rostro.
Helia Barnett por sí sola ya es un genio que aparece solo una vez cada cien años, luego está Lia Escarlata, un verdadero prodigio de la magia que aparece una vez cada mil años. En cuanto a Leo, era una entidad especial que quizás nunca volvería a aparecer en este mundo.
Con un equipo poderoso como este, era casi una garantía que dominaran el Laberinto Ancestral.