Mismos Pensamientos

—Hum... Es bastante simple, ¿verdad? Hagamos que prometa que no dirá nada a nadie.

La boca de Droman se contrajo cuando escuchó eso.

—¡Oye, oye, oye! No puedes confiar en sus palabras tan fácilmente, ¿verdad? —Ramón también estuvo de acuerdo con Droman... aunque él era el que se beneficiaría de eso.

—Tiene razón. No hay absolutamente ninguna garantía de que no les contaría sobre ustedes, ¿saben? —Rean estaba desconcertado.

—¿Podría ser que el imperio tenga una manera de saber que has eliminado el veneno? —Esta vez, era el turno de Ramón y Droman de estar desconcertados.

—Bueno... realmente no hay. A menos que un experto del Reino Santo venga y lo verifique por sí mismo, no es posible. Sin embargo, ¿qué tiene que ver eso con algo? —Rean asintió.

—Entonces, para eliminar el veneno sin el método adecuado o la píldora, necesitas a alguien por encima del Reino Santo. Sin embargo, para ponerlo allí, el Reino Santo es suficiente, ¿correcto? —Ramón asintió inconscientemente.