En la oscuridad de la noche, bajo la falta de iluminación de la luna nueva, un grupo de individuos vestidos con ropa oscura partió desde la ciudad de Kitzbühel y comenzó a llevar a cabo un siniestro plan para quemar los graneros locales.
Con este acto de sabotaje, la gente de Kitzbühel carecería de alimentos almacenados y se vería obligada a comprar comida de sus vecinos para sobrevivir. Esto no solo era un acto de represalia de Berengar hacia el Barón Guntrum, sino también una manera de obligar a Guntrum a sentarse a negociar para que su envío pudiera ser devuelto.
Así, los individuos se escabulleron en la oscuridad de la noche alrededor de los graneros, que estaban custodiados por una unidad de la Guardia de la Ciudad. Sin embargo, los hombres parecían estar medio dormidos en ese momento y tenían dificultades para permanecer despiertos.