Derribando las Murallas del Castillo

Los cañones bombardearon continuamente las murallas del Castillo en Schwaz durante los últimos días. Mientras la red de espías de Berengar estaba activa en sus actos de asesinato y sabotaje, el joven Vizconde estaba ocupado sitiando el objeto de su venganza. Ni una sola vez el Regente o la familia del Vizconde buscaron la paz durante el continuo bombardeo, y no es que Berengar aceptara tales términos. Aún así, le resultaba extraño que ni siquiera hubieran intentado contactar al ejército sitiador.

No obstante, los defensores no podían hacer más que quedarse sentados y esperar a que las murallas se vinieran abajo, ya que las fuerzas de Berengar tenían un alcance superior, y si siquiera intentaban asomar la cabeza por encima de los baluartes, seguramente serían abatidos.