Regresando a Kufstein

La noche llegó y se fue, y Berengar finalmente regresó a la habitación que le habían proporcionado, donde se retiró para descansar. Después de dormir bien, se despertó temprano por la mañana y comenzó a hacer los preparativos para el viaje hacia Kufstein.

No pasó mucho tiempo antes de que estuviera de pie fuera del Castillo, en su patio, esperando que Adela y Otto llegaran. Finalmente, Adela y Otto se presentaron, donde saludaron a Berengar. Ya se habían despedido de su familia, ya que pasaría un tiempo antes de que regresaran. Otto fue el primero en expresar sus preocupaciones sobre el viaje.

—Berengar, ¿estás seguro de que estaremos a salvo viajando por Salzburgo y hacia Kufstein? —preguntó Otto.