Un nuevo día había llegado, y con él, Berengar se había encontrado inmerso de cabeza en el trabajo, aprobando sus reformas. El primer punto en la agenda era redactar nuevamente su Constitución para que pudiera aplicarse a la totalidad del Ducado. Como el Duque de Austria que acababa de sofocar la rebelión de sus súbditos más desleales no hace mucho tiempo, Berengar estaba en una posición única para reformar su territorio. Como tal, estaba actualmente en el proceso de corregir algunos de los errores de su Constitución que había establecido anteriormente. Por ejemplo, se estaba alejando de la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores para implementar una legislación bicameral más simplificada, basada parcialmente en los primeros días de la Constitución de los Estados Unidos de su vida pasada.