Pesca y Diplomacia

Berengar se despertó temprano y enérgico en la fría mañana cercana al invierno; estaba acostado desnudo en una cama de plumas cubierta por piel de oso; la hermosa figura desnuda de Honoria estaba acostada junto a él. Ella estaba envuelta amorosamente alrededor suyo, como si estuviera completamente reacia a dejarlo salir de su vista, incluso mientras dormía.

En cuanto a Heraclio, estaba sentado encaramado en el soporte que Honoria había traído consigo para el águila mascota, lanzándole a Berengar una mirada de disgusto. Cuanto más Heraclio miraba a Berengar junto a su dueña, más protector se sentía.

No obstante, Berengar devolvió la intensa mirada del águila con una sonrisa maliciosa; después de hacerlo, tomó el generoso busto de Honoria y lo apretó suavemente antes de besarla en los labios. La chica se despertó rápidamente después de sentir esto y miró a los ojos zafiros de Berengar.