Habían pasado días desde que Berengar regresó por primera vez del Reino de Bohemia con su antigua Princesa a cuestas. Aunque la chica encontró una amiga en Henrietta, no podía evitar notar las miradas intensas que recibía del harén de Berengar cada vez que cruzaba miradas con ellas.
Debido a esto, se había vuelto temerosa y permanecía principalmente dentro de sus aposentos; aunque Berengar quería ayudarla, se encontraba enterrado bajo la montaña de papeleo que se había acumulado durante su ausencia. Además, estaba seguro de que cualquier implicación en los asuntos de la chica seguramente provocaría la ira de las mujeres que lo rodeaban, y por ello, optó por darle algo de espacio a Veronika por el momento.