Desapariciones misteriosas

Han pasado meses desde que Berengar llegó a Mesoamérica, y ahora se había construido una fortaleza estrellada en la costa de la región. Este no era un simple fuerte, sino una colonia en miniatura bien fortificada que albergaba a mil soldados de las Fuerzas Armadas Alemanas. Estaba defendido con artillería de retrocarga rayada, cañones giratorios y ametralladoras de manivela, junto con los rifles individuales de los soldados que actuaban como su guarnición.

Un gran muelle se extendía hacia el mar y proporcionaba un punto de partida para la pequeña flota que había transportado a estos soldados y sus suministros al Nuevo Mundo. A pesar de lo que uno pudiera pensar, el Kaiser y sus soldados no estaban desconectados de la patria; el telégrafo inalámbrico de largo alcance construido a bordo de su barco insignia actuaba como un medio de comunicación instantánea con su Imperio a través del Atlántico.