Una conversación interesante con una deidad olvidada hace mucho tiempo Parte I

La noche había caído y el Emperador Alemán se encontraba dentro de los confines de una enorme pirámide que alguna vez actuó como templo de la misteriosa diosa que había encontrado en la antigua ciudad de Teotihuacan. El interior estaba iluminado con una luz etérea, que él creía ser obra de la deidad en cuestión.

La característica más notable del interior de esta pirámide no era la naturaleza ornamentada de sus accesorios prístinos, sino las incontables arañas que reptaban entre las paredes. Cuando Berengar vio esto, sintió como si supiera la identidad de la mujer que se sentaba sobre el altar con tanta gracia. Al final, no pudo contener su sorpresa y expresó sus pensamientos en voz alta.

—Eres la Gran diosa de Teotihuacán, ¿no es así?

Aunque Berengar no podía decirlo, la misteriosa diosa sonrió bajo su tocado antes de asentir con la cabeza en respuesta.