—Todavía no. Él tenía un artefacto que puede ocultar su ubicación, así que va a ser bastante difícil encontrarlo. Pero creo que fue al mundo mortal —dijo el maestro del Clan Tortuga Negra con una expresión decepcionada en su rostro.
—Ese chico es un gran problema. Espero que no destruya un planeta o algo así. Solo puedo esperar lo mejor. Seguiremos intentando encontrarlo —continuó.
—¿Qué pasa con él? ¿Sigue en su cultivo enclaustrado? —preguntó al Rey Tigre Blanco.
—Sí. Esa chica es una maniática del cultivo. Ni siquiera tiene tiempo para venir a verme. Es bueno, después de todo, la fuerza es lo que importa —respondió el Rey Tigre Blanco.
No pudo evitar sonreír un poco al pensar en el temperamento de su hija.
—Bueno, después de todo, es tu hija. De todos modos, va a ser difícil encontrarle un esposo. No creo que haya nadie en el Clan Tigre Blanco que no le tenga miedo —dijo el maestro del Clan Tortuga Negra con una sonrisa mientras miraba al Rey Tigre Blanco.