—Su Majestad, las señales de la Décima Bestia Divina han aparecido de nuevo. —Alguien llegó corriendo a un gran salón y habló.
Una persona estaba sentada en un trono. Parecía similar a un humano, pero estaba claro que la persona no era humana.
La persona tenía piel blanca con rayas negras por todo su cuerpo. En lugar de dedos, tenía garras afiladas. Sus ojos parecían algo naranjas.
Parecía una versión humanoide de la legendaria bestia tigre blanco.
La persona escuchó el informe del informante y se levantó emocionado.
—¿Qué? ¿Finalmente encontraste la Décima Bestia Divina? ¡Dime dónde está! —Miró hacia el informante y preguntó.
—Nos... todavía no lo sabemos. La firma de energía es demasiado débil. Podría llevar entre 7 y 8 horas rastrearla. —respondió el informante.