Dos personas estaban sentadas en una cama grande, apoyándose contra el cabecero y mirando la pared opuesta. Aunque estaban en la misma cama, había una separación clara entre ellos, ninguno dispuesto a cerrar la brecha.
La razón de su postura era simple. No podían soportar mirarse mientras decían las cosas que querían decir.
Elena se movía inquieta. Cuando Damien dijo que quería tener esta conversación hace más de un mes, ella ya estaba nerviosa. Ella sabía tan bien como él lo torcido que se había vuelto su relación.
Comenzaron siendo simples amigos de la infancia. Tenían un vínculo que ni el Dios más fuerte podría romper. Cuando Elena pensaba en este vínculo…
Se preguntaba si enamorarse de Damien alguna vez fue la decisión correcta.
Quizás fue su amor lo que hizo que su relación se volviera tan torcida. Si nunca hubiera deseado avanzar en su relación después de que Damien ya tenía a Rosa, no estaría sintiendo los feos sentimientos en su corazón ahora mismo.