—Conociéndote, puedo adivinar más o menos cómo ocurren las cosas desde aquí. Veamos, me volviste a encontrar pero me evitaste porque pensaste que tus sentimientos eran falsos y producidos por una ilusión, luego dejaste que tu inseguridad se apoderara de ti y abandonaste completamente tanto a mí como a Rosa cuando llegamos al Plano de la Nube.
Elena se burló sin querer.—No soy tan indulgente como Rosa. Ella podría haber dejado pasar este asunto, pero yo no tengo ningún deseo de hacerlo.
Elena se limpió las lágrimas de su rostro y miró directamente a Damien. Tal vez cuando esta conversación comenzó, tenía miedo de enfrentarlo, pero ahora era diferente.
Con sus palabras, sus emociones reprimidas se encendieron. Ya no podía controlarse.
—¿Qué, pensaste que esta conversación arreglaría algo? ¿Pensaste que decirme la razón detrás de tus acciones importaría? Claro, las cosas se justifican si lo miras desde tu perspectiva, pero ¿qué hay de mí?