La expresión del Maestro del Palacio cambió instantáneamente. La habitación se transformó y la figura de Sierra desapareció, dejando a Damien y al Maestro del Palacio solos.
—¿Quién eres tú? —ella preguntó fríamente. Lentamente, desde el suelo de abajo, poderosos flujos de Fuerza Mundial se concentraron alrededor de su cuerpo y potenciaron su aura.
¡Bang!
Los muebles de la habitación se convirtieron en polvo bajo la presión de su aura. Y toda esa presión se precipitó hacia Damien, intentando forzarlo a someterse.
Pero en cambio, le provocó una sonrisa en su rostro. —Así que tenía razón... no es de extrañar que tu olor me sea tan familiar. No pensé que alguna vez conocería a otro Celestial en mi vida.
—¿Otro…? —repitió el Maestro del Palacio.