—¿De verdad pensaste que perdería contra un humano insignificante como tú? —El elfo oscuro sonrió burlonamente.
—KE KE KE. Mi error, ¿pensaste que estabas ganando?
—¡NO! ¡NO LO ESTÁS! —Sacó su lengua lentamente, lamiendo la hoja de su cuchillo, y comenzó a reír de manera maniática.
Liam ignoró las burlas del elfo oscuro y solo se enfocó en sus movimientos, sus manos y piernas, elevando su concentración al máximo nivel.
No quería ser distraído por alguna desviación o truco y ser sorprendido por el verdadero ataque del elfo, que podría ser algo completamente diferente.
Sin embargo, el elfo oscuro continuó riendo entre dientes y parecía que no tenía intención de tomar ninguna acción.
—¿Qué- —Los pensamientos de Liam fueron interrumpidos cuando las manos del elfo finalmente se movieron, y se acercó a él, sacando algo.
No era nada elegante. Era solo una pequeña bola negra con la que Liam ya estaba familiarizado.