Cuanto más, mejor

—Lo siento... quise decir. Ummm... Mia quería empezar su misión pronto. Como me pediste que descansara, decidí hacer algo de trabajo antes de ir al templo divino.

—Yo... no quería pasarme de la raya... quiero decir, si no quieres que maneje todo esto, entonces dejaré de hacerlo.

Alex empezó a balbucear y a explicarse tan pronto como Liam se acercó a ella. Se veía extremadamente nerviosa al hablar con él en persona, cara a cara.

Sus labios temblaban y estaban entreabiertos. Su voz y su cara se veían ansiosas. Todo en ella era diferente.

No había rastro de la chica arrogante y obstinada que Liam conocía y, más importante aún, ya no lo miraba como al enemigo.

Casi no podía creer que esta fuera la misma persona. ¿Realmente alguien puede cambiar tanto?

Su pregunta fue pronto respondida cuando la cara de la pelirroja comenzó a cambiar rápidamente.