Dentro del salón principal en la torre de la guarnición, Liam estaba sentado en la silla enorme parecida a un trono, con los reposabrazos de ambos lados ocupados por las dos hermosas chicas demonio.
Sus manos y piernas estaban por todo él, una besándole el cuello y la otra el lóbulo de la oreja.
Ya le habían quitado la ropa revelando su torso desnudo y presionaron sus voluminosos pechos desnudos contra él mientras intentaban seducirlo.
Y cuando él no cedía, comenzaron a quitarle las prendas de la parte inferior de su cuerpo también, lamiendo y chupando lo que quisieran.
Liam gimió mientras las dos ninfas lo tentaban sin cesar. De vez en cuando las levantaba y trataba de enfriar las cosas, pero nada ayudaba.
Ellas volvían a lo mismo y comenzaban a trabajar aún más.
Liam tomó una respiración profunda y trató de mantenerse calmado. Con gran esfuerzo, liberó una de sus manos y frotó el centro de su frente y las cejas.