Liam apretó su puño emocionado. La espada del Dragón Negro era un arma del alma hecha de almas de dragón negro.
Era un arma imperfecta, pero aun así su poder era astronómico.
Si de alguna manera pudiera eliminar los sellos que ataban el arma, esto podría convertirse en otro pilar de su fuerza y poder tanto dentro del juego como en el mundo real, al igual que su ejército de no-muertos del alma.
Sin embargo, lo más importante, era que su entendimiento de la forja del alma también podría profundizarse.
Incluso si lograra remover un solo sello, obtendría mucho a cambio.
Estabilizando su mente y concentrándose completamente, Liam sacó la vieja y oxidada espada del Dragón Negro de su espacio de inventario.
En cuanto la sacó, sus ojos se abrieron de par en par y sus manos temblaron. Un temblor recorrió su cuerpo.
Lo que tenía en sus manos...
CLANG.
Liam dejó caer la espada al suelo. Su cuerpo estaba empapado en un sudor frío.